Sostenibilidad y protocolo de gases de efecto invernadero

El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es la norma internacional más utilizada para la determinación de los balances de gases de efecto invernadero. El balance de emisiones directas e indirectas se realiza en función de los ámbitos 1 a 3.

Las prácticas empresariales sostenibles son cada vez más importantes para las empresas, ya que se están convirtiendo en una ventaja competitiva y ahora cad vez más los clientes exigen a las empresas acciones en clave de sostenibilidad. Cada vez más empresas se han dado cuenta de que la sostenibilidad no consiste únicamente en gestionar el riesgo, sino que abre nuevas oportunidades para generar una ventaja competitiva rentable en los ámbitos social, medioambiental y ético (1).  

Para implementar una estrategia pragmática y eficaz de protección sostenible del clima a nivel empresarial, es preciso reconocer las distintas fuentes de emisiones y utilizar métodos precisos para calcularlas. Al fin y al cabo, solo se puede gestionar lo que se puede reconocer y cuantificar (2).  

La huella de carbono corporativa (HCC) describe la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero (incluidas las emisiones de CO₂) que resultan directa o indirectamente de las actividades comerciales de una empresa. A partir de los datos recopilados al registrar y calcular la HCC, se pueden establecer objetivos individuales de reducción de gases de efecto invernadero que contribuyan a preservar la sostenibilidad y mantener el medio ambiente. 

Gases de efecto invernadero y su potencial de calentamiento

Los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O) son los que tienen un mayor impacto sobre el cambio climático y el medio ambiente. Los diferentes gases de efecto invernadero que se generan a lo largo de la cadena de valor de una empresa se registran como CO2 equivalente (CO2-e en toneladas). El impacto climático de los gases de efecto invernadero o el potencial de calentamiento global  CO2-e varía enormemente. El potencial de calentamiento global de un compuesto químico es una medida de su contribución relativa al efecto invernadero, es decir, el efecto medio de calentamiento de la atmósfera terrestre durante un cierto periodo de tiempo. Aunque el metano solo permanece en la atmósfera unos diez años, su efecto de calentamiento (durante un periodo de 100 años) es 28 veces mayor que el del CO2 (cuyo tiempo de permanencia es de 1000 años). El óxido nitroso (con un tiempo de permanencia de 120 años) tiene un efecto de calentamiento 273 veces mayor que el CO2. 

Protocolo de GEI y Ámbitos 1 a 3

El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GEI) es la norma internacional más utilizada para contabilizar estos GEI. Constituye la base de muchas otras normas como la ISO 14064 (contabilización y verificación de los gases de efecto invernadero) y tiene su origen en el Protocolo de Kioto de 1997 y su acuerdo sobre medidas y objetivos para combatir el cambio climático. Fue creado en 1998 por iniciativa conjunta del Instituto de Recursos Mundiales y el Consejo Empresarial Mundial de Desarrollo Sostenible.  

El Protocolo GEI divide las emisiones de gases de efecto invernadero en tres grupos (Ámbitos 1 a 3). El Ámbito 1 abarca las emisiones propias, como las de los vehículos propiedad de la empresa, y las emisiones „fugitivas“, como las producidas en caso de fugas de gas. El Ámbito 2 abarca las emisiones indirectas resultantes de la generación de electricidad, vapor, calefacción y refrigeración adquiridos. El Ámbito 3 se refiere a todas las demás emisiones indirectas (como resultado de las propias operaciones de la empresa) que se producen a lo largo de la cadena de valor de la misma. Las emisiones de ámbito 3 incluyen las emisiones derivadas de la adquisición de bienes y servicios, los viajes de negocios, la eliminación de residuos, las inversiones, la concesión de licencias, etc. 

¿Cuáles son los requisitos del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero?

Según el Protocolo de GEI, deben contabilizarse todas las emisiones de ámbito 1 y Ámbito 2. Las emisiones del Ámbito 3 no requieren de contabilización. Aunque la contabilización es opcional, es de gran importancia para una protección climática holística y sostenible. Debido al gran número de actores y procesos implicados, la contabilización del ámbito 3 puede llegar a ser muy compleja y requerir mucho tiempo. Puede ser aconsejable involucrar a un experto en sostenibilidad, medio ambiente y en el ámbito específico 3. 

ISO 14064 sobre contabilización y certificación de gases de efecto invernadero

La serie de normas que consta de tres apartados DIN EN ISO 14064, basada en el GHG Protocol, es la base para registrar y equilibrar las emisiones de gases de efecto invernadero en el ámbito de la sostenibilidad (3). También se utiliza para la certificación de empresas. Sin embargo, aunque la certificación no es obligatoria, puede suponer una mejora de la competitividad.  

Las empresas pueden obtener la certificación de su sistema de gestión de energía sostenible según la norma ISO 14064, por ejemplo, a través de TÜV Rheinland, TÜV Nord y Süd o de KPMG Cert GmbH. El objetivo de esta serie de normas es definir claramente cuáles y cómo actúan los gases de efecto invernadero, ayudar a las empresas y organizaciones a reducir las emisiones de los mismos, crear transparencia e impulsar la innovación.  

La parte 1 de la norma ISO 14064 sirve de base y norma para la contabilización de los gases de efecto invernadero en una empresa u organización sostenible. Conduce a la creación de la Huella de Carbono Corporativa (HCC) y también trata de las medidas para reducir los gases de efecto invernadero. En el marco de este conjunto de normas, debe definirse el denominado enfoque de cuantificación. En él se describe cómo deben registrarse, procesarse y documentarse las emisiones individuales de gases de efecto invernadero.  

La parte 2 de la norma regula la cuestión en el ámbito de los proyectos y se utiliza en estos casos para determinar, controlar, reducir y documentar los gases de efecto invernadero.  

Por último, la validación y verificación de las declaraciones de gases de efecto invernadero se tratan en la Parte 3 de la norma. Aunque la certificación legal no sea necesaria, debería convertirse en la norma ecológica. 

Bibliografía 

1 Libro Blanco de BITO, El reto de la sostenibilidad en la logística, Link 

2 Guía: ¿Qué son las emisiones de Alcance 1, Alcance 2 y Alcance 3?, ClimatePartner GmbH, Link 

3 ISO 14064: Greenhouse gas accounting and verification, ista SE, Link 

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